“…Por su parte, hablar de ultraderecha contemporánea resulta un ejercicio complejo, puesto que el término no posee un perfil homogéneo y, en muchos casos, no se logra consenso (González, 2016;Rodríguez, 2003). La cuestión del origen, por ejemplo, parece ser difusa, ya que se hace mención a la crisis económica, la globalización cultural, la inmigración, mientras otros hablan de una renovación, resurgimiento e incluso de una ultraderecha completamente distinta (Barolin, 2017;Gómez, 2017;Reguera, 2017;Sanahuja, 2019). En principio, la idea de una derecha tradicional comprende, grosso modo, un grupo político conservador defensor de la dominación que ejercen los sistemas como el capitalismo y el patriarcado, basándose en el consenso de un orden y jerarquía social rígida y natural, con un cierto grado de tolerancia hacia el multiculturalismo valórico, mientras que por otro lado, la ultraderecha lleva dicha postura a una ideología política conservadora más radical que alcanza puntos considerados antidemocráticos (Arendt, 1998;Rodríguez, 2003).…”