“…Entre las ventajas están las siguientes: fomenta la interacción, potencia la autonomía e independencia, promueve el desarrollo de destrezas complejas de pensamiento crítico, ayuda en el desarrollo socioafectivo, contribuye a reducir la violencia en la escuela, entre otras (Pérez, 2010) Es necesario recalcar que existen diversas investigaciones que resaltan la importancia de implementar el AC en educación física (Velázquez, 2018). Este sirve para promover el aprendizaje motor (André, 2012;Bähr, 2010); desarrollar habilidades socio afectivas (Fernández-Rio, & Méndez-Giménez, 2015); mejora el compromiso de los jóvenes con la educación física y su participación (Goodyear, Casey, & Kirk, 2014); promueve un ambiente de tolerancia y respeto a la diversidad (Enríquez, Mera, & Castro, 2016); favorece la inclusión del alumnado con capacidades distintas (Heredia & Duran, 2013;Munafo, 2016); motiva a los estudiantes hacia la práctica motriz (Barba, 2015); permite incorporar el desarrollo de un segundo idioma a través de la educación física (Coral & Lleixà, 2015); aumenta la participación de un evento deportivo no competitivo (León, Gamonales, Gómez-Carmona, Leal-Bello & Muñoz-Jiménez, 2019); puede tratarse cualquier bloque de contenidos de la educación física (Navarro-Paton, Rego & García, 2017), entre otras cosas, y que a su vez ayudan al desarrollo de las competencias que necesitan los y las estudiantes. Debido a las ventajas mencionadas, se deduce que el AC es un método de trabajo extremadamente útil y provechoso si se utiliza en educación física (Herrero-González, López-Pastor & Manrique-Arribas,2020; .…”