“…Finalmente, no menos importantes son los impactos sociales derivados de los dos esquemas de práctica bibliotecaria identificados: por un lado, la proyección social universitaria a través de las bibliotecas beneficia a las universidades que la practican, fortaleciendo sus relaciones con las sociedades de sus entornos (O'Kelly, 2017;Torres, 2005) y enriqueciendo su imagen pública, ambas cosas a un costo muy bajo (Courtney, 2001;Weare y Stevenson, 2012), sin contar los beneficios que esto significa para la comunidad y su desarrollo; y por el otro, la exclusión de los usuarios externos y las negativas experiencias de ellos por su segregación, lógicamente generan justificadas percepciones masivas de desagrado, dirigidas no sólo a las bibliotecas y los bibliotecarios, sino también a las universidades implicadas, sin beneficios evidentes para estos actores.…”