La literatura del exilio encuentra, en la producción contemporánea, un desmembramiento creado por escritores que viven y escriben sobre el desarraigo, ya no desde una perspectiva nostálgica en la que no se puede regresar al hogar, sino que ahora hacen de cualquier sitio su hogar. Dos obras que abordan esa cuestión en detalle son Americanah, de Chimamanda Ngozie Adichie, y Ghana Must Go, de Taiye Selasi. El objetivo de este trabajo es analizar en qué medida la percepción de esa nueva modalidad de desarraigo difiere de la del exilio tradicional. Además, la nueva estetización del desarraigo plantea cuestionamientos tanto a la narrativa como a la identidad de los personajes de las novelas como forma de salir del silencio que caracteriza el exilio. La teoría desarrollada por diversos autores del área de estudios culturales ha guiado la comparación para la consecución de los objetivos propuestos.