RESUMENEn este trabajo se plantea repensar algunas cuestiones acerca de como nos aproximamos a la vejez hoy, haciendo la observación de que pasamos de términos relativamente claros (vejez y envejecimiento) a una polisemia de conceptos que entran dentro de lo que denomino paradigmas anacrónicos o ambiguos. Insisto que la cuestión Del envejecimiento fue substituida probablemente por una estética no decrépita, como parte de una versión del "cuidado de si" de Foucault. Menciono la construcción de nuevas formas de subjetividad -lo transetariointentando localizar el problema del envejecimiento dentro de parámetros más amplios sociales y culturales.Palabras-clave: vejez; cambio de subjetividad; promesa social.
RESUMONeste artigo procura-se repensar algumas questões de como nos aproximamos da velhice hoje, observando que passamos de termos relativamente claros (velhice e envelhecimento) a uma polissemia de conceitos que caem dentro do que eu chamo paradigmas anacrônicos ou ambíguos. Insisto que a questão do envelhecimento é substituída provavelmente por uma estética não decrépita, como parte de uma versão do "cuidado do si" do Foucault. Menciono a construção de novas formas de subjetividade -o transetário -tentando localizar o problema do envelhecimento dentro de parâmetros mais amplos sociais e culturais.Palavras-chave: velhice; mudança de subjetividade; promessa social.
ABSTRACTThis paper attempts to rethink some issues about how we address the issue of old age today, showing that we have gone from relatively clear terms (old age and aging) to others high polisemic terms, as part of that I call anachronistic or ambiguous paradigms. I insist on the theme that the subjectivity of aging is probably replaced with a series of not decrepit aesthetic as a version of the Foucaultian Self Care. I mention new ways of construction of subjectivity -the trans-aged-trying to locate the problem of aging within cultural and social parameters.Keywords: aging; subjectivity changes; social promise.
IntroducciónHasta hace unas décadas la construcción de subjetividad tenía un claro límite: la vejez. Llegado a cierto punto, la jubilación indicaba el fin de cualquier promesa y el comienzo del fin, es decir, la vejez no anticipaba sino el signo impostergable de la muerte como fin de cualquier anticipación, descartando claro está, posibles opciones religiosas.Sin embargo, las cosas han cambiado. Desde hace unas décadas la vejez no anticipa la muerte, sino una renovación de la promesa, la promesa de nuevas oportunidades, nuevas perspectivas, nuevos desafíos, aunque es claro que no toda la población vieja participa de este nuevo clima cultural. Investigaciones más detalladas deberían determinar dónde se encuentran los límites culturales sociales, culturales y económicos entre estos "tradicionales" viejos y aquéllos, de tipo más "rupturista".