Como animal ectotermo, la iguana negra (Ctenosaura pectinata) come alimentos diversos y su crecimiento no es constante; por lo tanto, su ganancia de peso y crecimiento longitudinal son bajos. En esta investigación se estudiaron los cambios morfométricos de la iguana negra a temperatura ambiente. Se probaron diferentes porciones de proteína cruda y energía metabolizable. Se utilizaron 30 hembras juveniles con peso promedio de 124.4 ± 61.1 g. A cada hembra se le mantuvo en una jaula individual con un bebedero y un comedero semiautomáticos. Su alimentación consistió en la combinación de proteína cruda (29.4 y 33.4 %) y tres variantes de energía metabolizable: 2.49, 2.55 y 2.7 Mcal/kg. Las variables evaluadas fueron peso vivo (mg), perímetro, diámetro y longitud corporal (mm). Las variables asociadas al consumo de alimento fueron: materia seca (mg), proteína cruda (PC) y energía metabolizable (EM). Se empleó un diseño de bloques completos aleatorizados con arreglo factorial 2×3, donde el criterio de bloqueo fue el peso de las iguanas. Para observar las diferencias entre tratamientos, se utilizó la prueba de Tukey. Hubo diferencias (P < 0.0500) en el ancho de la cabeza y el diámetro base de la cola por efecto del factor energía. Los tratamientos de 29.4 PC y 2.55 EM, y 33.4 PC y 2.55 EM mostraron mayor (P < 0.0500) consumo de materia seca, proteína y energía. Debido a la alimentación también se registró aumento en algunas variables morfométricas. Las hembras juveniles crecieron mejor con la combinación alimenticia de: 33.4 y 2.55 (PC−EM).