“…En América Latina puede verse que, en un primer momento (años 1960 a 1980), el análisis de los movimientos sociales se concentró en las luchas obreras, fundamentalmente en las zonas urbanas, con demandas de acceso a mejores condiciones de vida y laborales (Carrasco, Losino Demarchi y Velaz, 2022;Munck, 2021;Svampa, 2009). Es con el modelo neoliberal implantado en el hemisferio latinoamericano a fines de los años ochenta y con su apogeo en los primeros años de la década de los noventa que resurge la idea de movimientos sociales como categoría de análisis (Bonifacio, Wahren y Villagrán, 2017;Modonesi e Iglesias, 2016;Munck, 2021;Van den Berg, 2020), para dar cuenta de las formas de protesta y movilización ya no solo en el ámbito urbano, sino con más ímpetu en el ámbito rural en el…”