“…Este hambre particular, muy debatido en la literatura especializada, genera sus propias prácticas alimentarias, consumiendo dietas que incluyen alimentos y suplementos en la noche ricos en proteínas de absorción lenta. En el caso de los que se acercan al ámbito más ortodoxo o semi profesional, pueden llegar a programar el despertador para alimentarse en mitad de la noche, una práctica muy común en los bodybuilders profesionales (Bolin 1992;Aksoy Sugiyama 2014;Moore 1997). De nuevo, un tipo de hambre cultural, recreada en estómagos repletos de comida.…”