“…En este estudio se incluyeron cronologías de P. menziesii procedentes de dentro y fuera de la cuenca del río Piaxtla, pero esto no impidió crear una CR con una señal climática común, la cual reflejó estadísticamente la variabilidad que ha ocurrido en la cuenca o región hidrológica de estudio. Lo anterior confirma que los registros de los anillos de crecimiento preservan información de regiones geográficas más amplias que la delimitación de una sola cuenca, como lo han señalado otros autores (Brito-Castillo et al, 2003;Kwak et al, 2016;Lara, Villalba, & Urrutia, 2008;Stahle y Cleaveland, 1992 La factibilidad de la CR y la correlación con la precipitación y datos de caudal medio permitió la reconstrucción histórica de estas variables, lo que confirma la hipótesis del estudio y demuestra el uso potencial de los anillos de crecimiento en el estudio de los recursos hídricos, particularmente cuando los datos de medición instrumental son limitados o inexistentes (Mundo et al, 2012;Woodhouse, Gray y Meko, 2006). Las redes dendrocronológicas y su relación con el clima y con la hidrología se han empleado en varios estudios (Cook y Jacoby, 1983;Villanueva-Díaz et al, 2005;Woodhouse et al, 2006;Woodhouse, Stahle y Villanueva Diaz, 2012;Villanueva et al, 2017) y, dada la alta correlación observada en este trabajo, se debería considerar con más frecuencia en México; por ejemplo, para cuantificar la oferta de servicios ambientales hidrológicos o los efectos de cambio climático en las cuencas forestales.…”