“…Se trata de un concepto multidimensional que implica medir el nivel de compromiso afectivo; es decir, el interés de los ciudadanos en el desarrollo de la campaña electoral, lo cual se ha detectado que tiende a que el reconocimiento de los aspectos debatidos aumente durante la misma (Hollander, 2005). Pero también el compromiso cognitivo, es decir, el nivel de conocimiento de campaña, frente al de conocimiento cívico, medido normalmente a través de preguntas sobre las posiciones políticas de los diferentes candidatos acerca de los asuntos debatidos en la contienda electoral o de sus propuestas programáticas específicas (Claassen, 2011;Hansen y Pedersen, 2014;Hollander, 2005;Rhee, 1997;Thorson, 2014;Van Heerde et al, 2006).…”