“…Frente a este argumento, otros autores como Chesbrough (2003aChesbrough ( , 2003b a través de su modelo de innovación abierta, ("open innovation"), sugieren que las ventajas derivadas de la elección de la vía interna para el desarrollo de actividades de I+D se han reducido como consecuencia de la mayor movilidad de los trabajadores del conocimiento, lo que dificulta la apropiación y control de los resultados de I+D por parte de la empresa (Laursen y Salter, 2006) y que constituye un fallo de mercado (Pereira y Vence, 2012). Por lo que se refiere a la vía externa, se entiende como adecuada para acceder al conocimiento especializado no disponible internamente y explotar economías de escala asociadas a dicha especialización (Veugelers y Cassiman, 1999), así como para reducir los costes y riesgos del desarrollo interno asociados al mismo (Chen y Yuan, 2007;Huang et al, 2009), todo lo cual redundaría en un mejor rendimiento, una relación positiva que se ha confirmado en trabajos como los de Love y Roper (1999), Stuart (2000), Becker y Dietz, (2002), Francois et al (2002), Chang (2003, Rogers (2004), Faems et al (2005) y Frenz e Ietto-Gillies (2009). No obstante, y de acuerdo con los postulados de la Teoría de los Costes de Transacción (Coase, 1937;Williamson, 1985), los altos costes de transacción que surgen como consecuencia de la complejidad, especificidad e incertidumbre asociadas a las actividades de I+D, a los que se añaden los de supervisión y control de las condiciones establecidas en el contrato, reducirían los potenciales beneficios de la vía externa (Brockhoff, 1992).…”