“…Dentro de la diversidad de líneas empíricas de investigación en Psicología de la religión, de especial relevancia han sido los estudios sobre la influencia que la religiosidad tiene en el mantenimiento y recuperación de la salud, sobre todo en el último decenio (González, 2004). Existe una amplia gama de investigaciones que abarca desde las intervenciones de salud, donde se evidencia la relevancia de la religión: para la psicoterapia (Amerongen-Meeuse, Schaap-Jonker, Anbeek & Braam, 2020); su influencia en el bienestar y en el fomento del estado de ánimo positivo y optimismo (Liung et al, 2019); la recuperación del alcoholismo (Moreno, Alonso-Castillo, Gherardi-Donato & Armendáriz, 2019) y el de uso de drogas (Cole, Prassel, Keller & Carlson, 2020); manejo de enfermedades crónicas (Jors, Büssing, Hvidt & Baumann, 2015); enfermedades cardíacas (Trevino & McConnell, 2015); la reducción de la ansiedad, el alivio de la depresión y de los eventos estresantes en general (Braam & Koening, 2019;Gallardo-Peralta & Sánchez-Moreno, 2020); el afrontamiento VIH/SIDA (Brito & Seidl, 2019), y el pronóstico y tratamiento del cáncer (Sabanciogullari & Yilmaz, 2019;Tanriverdi, 2020). Sin embargo, también existen otros estudios y planteamientos que destacan los efectos adversos de la religiosidad en el bienestar personal.…”