“…Ueki, et al, describieron en su trabajo que el 97,8 % de los casos de micobacteriosis diseminada se debía al complejo M. avium; en los pacientes con infección concomitante con el HIV, esta especie también predominó (80,2 %)(16).En los últimos años, el diagnóstico de las micobacterias no tuberculosas como agentes etiológicos se ha incrementado con el desarrollo y la introducción de métodos más sensibles en la rutina de los laboratorios, así como con el reconocimiento de nuevas especies asociadas con enfermedades(28)(29)(30)(31). En Colombia, Castro, et al, identificaron las siguientes especies de micobacterias utilizando la técnica de análisis de patrones de restricción: M. fortuitum, M. abscessus, M. intracellulare, M. gordonae, M. avium, M. chelonae, M. scrofulaceum, M. szulgai, M. terrae y M. malmoense; al comparar estos datos con los nuestros, se observó que el uso de la metodología Genotype CM/AS™ ha permitido detectar especies como M. kansasii, M. mucogenicum y M. simiae (10,14).Una limitación de este estudio la constituyó el diligenciamiento del formato único de vigilancia de las micobacterias, ya que la información no es completa en cuanto a la presencia de otros factores predisponentes asociados, así que, en los casos en que no se registró la información completa, no fue posible asegurar que estos no existieran, lo cual constituye un sesgo.…”