En su última película, La crónica francesa, Wes Anderson reúne el mayor número de artistas –de diferentes disciplinas– de toda su filmografía. Partiendo de aquel personaje que puede ser considerado no solo como paradigma de héroe sino también como protoartista andersoniano, Max Fischer, y de sus rasgos característicos, la presente contribución trata de trazar una taxonomía de los artistas en el cine del realizador tejano, distinguiendo sus diferentes tipos, sus propiedades y sus hibridaciones. Junto a aquellos “artistas de la palabra” que han sido más frecuentemente tematizados en la literatura académica sobre el autor hasta la fecha, el artículo repasa también los otros tipos recurrentes de artista presentes en el cine de Wes Anderson –plásticos y escénicos–, sus trastornos de personalidad predominantes, sus modelos de relación interpersonal y el modo en el que, a través de la generación de comunidades por medio de sus actos de creación –una característica que en Wes Anderson adquiere tintes autobiográficos– estos personajes, a pesar de sus rasgos problemáticos, consiguen conquistar su propia redención.