“…La vitamina D se obtiene principalmente de la exposición a los rayos ultravioleta de la luz solar (en forma de vitamina D3) y en menor medida de la ingesta dietética de pescados grasos (bacalao, salmón, atún, sardina, macarelo, arenque), aceites de pescado, yemas de huevo, queso, lácteos y los alimentos enriquecidos con vitamina D (en forma de vitamina D2 o D3) (Pecora et al, 2020) Pedreañez Adriana en el artículo: Análisis del papel de la vitamina D en la defensa inmunitaria contra la COVID-19 en los adultos mayores del 2021 explica como los rayos UV alteran la 7-DHC presente en la piel a pre-vitamina D3 y posteriormente a vitamina D3 dado gracias al calcitriol y el mecanismo de acción de este que genera la regulación de ciertos genes en los tejidos (Pedreáñez Santana et al, 2021). Después de ser absorbida por la piel cursa por una serie de cambios para cumplir su acción inmunitaria, empezando por el tracto gastrointestinal en el hígado dónde la mayoría de las células inmunitarias, incluidos monocitos, macrófagos, células dendríticas homeostasis mineral (mantenimiento de la salud ósea y el metabolismo del calcio o el fosforo) que es la función clásica de la vitamina D (Pedreáñez Santana et al, 2021).…”