“…Estos cambios modifican la lógica interna del juego, como les ha pasado a otras modalidades de equipo como Waterpolo (García-Marín, Argudo-Iturriaga & Alonso-Roque, 2015; Iglesias-Pérez, García-Ordóñez & Touriño-González, 2018;Sabio-Lago, Guerra-Balic, Cabedo-Sanromà, Solà-Santesmases & Argudo-Iturriaga, 2018). ), balonmano (Beiztegui, et al, en prensa;Jimenez-Olmedo, Espina-Agullo & Manchado, 2017), baloncesto (Pérez-Ferreirós, Kalen & Rey, 2018). ), vóley (Gil-Arias, Claver-Rabaz, Fernández-Echeverría, Moreno-Domínguez & Moreno-Arroyo, 2016)), hockey patines (Trabal-Tañá, Daza & Riera, 2019), ya que el reglamento establece la estructura formal, lo que está permitido y lo que no y le imprime un carácter propio a la modalidad deportiva (Álvarez, et al, 2018a;Vizcaíno, Sáenz-López & Rebollo, 2016) Cachón et al ( 2014) concluye en su estudio «análisis cualitativo del cambio de reglas de juego del fútbol sala ( 2006) en España», basado en la opinión de jugadores, entrenadores y directivos a través de un cuestionario realizado en la XX edición del Campeonato de la Copa de la Liga Nacional de Futsal en 2009 que la nueva normativa de futsal afectó disminuyendo el espectáculo, en especial en lo relativo a la vistosidad (técnica y táctica), al número de goles y a la velocidad de juego, posteriormente esto es ratificado por otros autores como Méndez et al ( 2017 38±28.58 y por partido de 4 goles/equipo y en la temporada 2013-2014, después del cambio, donde se consiguieron 1355 goles, con una media por equipo de 90.40±27.72 goles y por partido de 3.22 goles/equipo, existiendo un descenso de la media de goles por partido con diferencias estadísticamente significativas (p=.004).…”