Análisis cronobiológico de la gastroentiritis en Castilla y León

Abstract

POBLACIÓN Y MÉTODOS……………………………….pág. 7. RESULTADOS……………………………………………..pág. 87 7.1 Datos epidemiológicos…………….…………………… pág. 89 7.1.1 Registros de Atención Primaria. 7.1.1.1 Distribución de las consultas por gastroenteritis en función del año y el mes. 7.1.1.2 Distribución de las consultas por gastroenteritis en función de la provincia. 7.1.1.3 Distribución de las consultas según el tipo de GEA. 7.1.1.4 Distribución de las consultas según la edad, el ámbito de procedencia/sexo. 7.1.1.5 Edad media de los pacientes según el mes, año, provincia y código. 7.1.1.6 Distribución de los pacientes según el ámbito de procedencia en función del sexo, el día de la semana, el mes, el año, la provincia y el código del proceso. 7.1.1.7 Distribución de los pacientes por día de la semana según el sexo. 7.1.1.8 Distribución de los pacientes por día de la semana que consultan según mes y provincia. 7.1.1.9 Distribución de los pacientes de las distintas provincias según el mes que consultan. 7.1.2 Registros de Atención Hospitalaria. 7.1.2.1 Distribución de las altas según el tipo de GEA. 7.1.2.2 Tipo de ingreso y alta por gastroenteritis. 7.1.2.3 Distribución de las altas en función del nivel del Centro Hospitalario, área de Salud, tasas por provincias y peso del GRD. 7.1.2.4 Distribución de las altas por gastroenteritis aguda en función del año, mes y día de la semana. 7.1.2.5 Edad y estancia media según el tipo de GEA, el nivel hospitalario, el ámbito de procedencia y el tipo de ingreso. 7.1.2.6 Tipo de gastroenteritis según nivel, sexo, provincia de residencia, tipo de ingreso, ámbito de procedencia, día de la semana y año. 13 7.1.2.7 Nivel del hospital y sexo, día de la semana, tipo de ingreso y ámbito de procedencia. 7.1.2.8 Ámbito de procedencia y sexo, día de la semana, provincia de residencia y tipo de ingreso. 7.1.2.9 Altas por GEA como diagnóstico principal o secundario.

Importancia del programa de certificación como medida para controlar la calidad sanitaria y varietal de los cítricos en Colombia

“…Etimología. El nombre del Género Rubus, se deriva del nombre en latín de la zarzamora y se origina de la palabra ruber que significa Rojo Wagner et al, 1999. El nombre de glaucus proviene del latín glaucus-a y éste del griego glaucón, que significa de color verde mar, debido al matiz ligeramente azuloso que presenta el haz de sus hojas Miranda, 1976. Nombres comunes: Mora de Castilla, Pérez, 1956;Rodríguez y Duarte, 1977;Molina, 1985;Bonnet, 1994, Mora, Mora de los andes, Andes berry (ingles) Avilan et al, 1992, Mora azul (Colombia) Sobre la mora de castilla (R glaucus Benth. ), diversos autores hacen afirmaciones sobre su origen ubicándolo en la región andina y situando su distribución en las zonas altas de América tropical y subtropical, para lo cual aseveran que esta fruta es oriunda de la zona andina y de algunos países de la América intertropical, donde en muchos casos se encuentra en estado silvestre Gattoni, 1962;Obregón, 1969;Avilan et al, 1992.…”

“…Entre muchos autores que han descrito los suelos en los que la mora de Castilla se desarrolla afirman que los mejore son los suelos francos y algunos de ellos profundizan mas escribiéndolos y justificando su afirmación, franco-arenosos y franco-arcillosos Osorio, 1975;ICA, 1977;Rodríguez y Duarte, 1977;Molina, 1985;Escobar, 1988;Fedecafé, 1989;Bonnet, 1994;Franco y Giraldo, 1998;Franco y Giraldo, 1999., de modo que permita una adecuada reserva de agua y el exceso sea evacuado fácilmente Bonnet, 1994. Debe estar provisto de buen drenaje o construir canales que eviten la acumulación de agua en el suelo, con alto contenido de materia orgánica, ricos en fósforo y potasio Fedecafé, 1989;Escoto, 1994;Franco y Giraldo, 1998.…”

“…Deben presentar buen drenaje tanto interno como externo, ya que es una planta altamente susceptible al encharcamiento. Se adapta bien a pH ácido entre 5,2 y 6,7 siendo 5,7 el óptimo Osorio, 1975;ICA, 1977;Rodríguez y Duarte, 1977;Cortes y Ruiz, 1978;Escobar, 1988;Fedecafé, 1989;Bonnet, 1994. La disponibilidad de agua debe ser suficiente, al igual que el contenido de materia orgánica y tener un contenido de arcilla medio, sin que los suelos sean excesivamente arcillosos como para permitir encharcamientos, ni tan arenosos 21 que no retengan la humedad suficiente para las plantas. En los casos de insuficiencia de agua, los frutos que se producen son de mala calidad, no crecen, no desarrollan un color agradable y tienen poca dulzura Franco et al, 1996. En zonas de alta pluviosidad se prefieren suelos con un 5 a un 26 % de pendiente, en zonas de menor pluviosidad, se cultiva en suelos planos o de pendiente ligera (0 a 5%); la profundidad efectiva debe ser 1 m o más Escobar, 1988;Franco et al, 1996.…”

“…El acodo de punta consiste en seleccionar ramas vigorosas, tipo machos o hembras productivas primarias (nunca se deben propagar ramas látigos) de una longitud de 2.0 m, para ponerlas a enraizar, introduciendo su ápice o "punta" en una bolsa, con suelo (5 a 7 cm) previamente desinfectado Rodríguez y Duarte, 1977;Molina, 1985;Escobar, (1988) ;Bonnet, 1988;Fedecafé, 1989;Bonnet, 1994. Las ramas seleccionadas deben ser lo suficientemente largas para que permitan agobiarlas, es decir que no se deben quebrar cuando se realice esta práctica, pues de esta manera se reduce el porcentaje de prendimiento Rodríguez y Duarte, 1977.. Para realizar el acodo se introduce la punta de la rama seleccionada, en una bolsa con tierra, a la cual previamente se le ha hecho un hueco con un implemento de una pulgada de diámetro (palo de escoba).…”

“…En este sistema se deben escoger ramas vigorosas jóvenes, tiernas, vigorosas, por lo general machos; deben tener una longitud de 1,5 a 2,5 metros de largo Rodríguez y Duarte, 1977. Se ubica sobre la superficie del terreno sin necesidad de desprenderla de la planta madre, enterrándola en tramos cada 30 centímetros, correspondientes a la yemas; se sostienen con pequeñas estacas; finalmente se tapan con tierra para facilitar la producción de las raíces Rodríguez y Duarte, 1977;Escobar, 1988;Bonnet, 1994. Las partes enterradas deben mantenerse húmedas y limpias Fedecafé, 1989.…”