“…La crianza porcina intensiva reúne un elevado número de animales por área (Córdova et al, 2017), e implica la generación de grandes cantidades de residuos sólidos y líquidos, que deben ser manejados de manera apropiada (Serafine et al 2015;Córdova et al, 2017;Xu et al, 2016;Bosco et al, 2016;Amaral et al, 2014), porque de lo contrario pueden originar problemas ambientales (Cho et al, 2013;Antezana et al, 2016) asociados con su alto contenido en materia orgánica y nutrientes (Cho et al, 2013), tales como, malos olores (Xu et al, 2016;Ortiz et al, 2014), emisión de gas metano (Xu et al, 2016;Antezana et al, 2016) y contaminación del agua superficial y subterránea (Xu et al, 2016). En este contexto, investigaciones previas (Ramires y Oliveira et al, 2014;Pinto et al, 2014;Urbinati, et al, 2013;Duda et al, 2011;Santana et al, 2005;Foresti et al, 1995;Urbinati et al, 2014) presentan al reactor UASB como una tecnología eficaz en la remoción de materia orgánica de las aguas residuales derivadas de la porcicultura intensiva, con eficiencias de eliminación de DQO mayores al 55%, operando a temperaturas en el rango mesofílico y a velocidades de carga orgánica (VCO) entre 1,2 y 40 kg DQO.m -3 .d -1 . En el reactor UASB, la obtención de buenas eficiencias de remoción a elevadas velocidades de carga orgánica depende principalmente del desarrollo y retención de alta concentración de biomasa activa y sedimentable, capaz de convertir la materia orgánica del agua residual en metano y CO2 y, de separarse eficientemente del efluente tratado (Hickey et al, 1991).…”