“…Sí bien se han desarrollado estudios sobre la medición de proceso software como (Mitani et al, 2007), (Oliveira, Oliveira, & Belchior, 2006), (Slavek, Lukić, & Köhler, 2012), y (Ram, Rodriguez, & Oivo, 2018), ninguno de ellos evalúa la complejidad del modelo como tal. En contraste se tiene que: (i) en (Rossi & Brinkkemper, 1996) se introduce el concepto de complejidad cognitiva como una medida del grado de complejidad conceptual en función de los factores de complejidad; (ii) en (Perepletchikov, Ryan, & Tari, 2013) se propone un modelo jerárquico de la complejidad cognitiva de productos de trabajo, tareas y metodología; y (iii) en (García, Piattini, Ruiz, Canfora, & Visaggio, 2006), se propone métricas relacionadas al proceso software y un marco para el modelado y evaluación de proceso software. En ese contexto, se reconoce que una organización que logra determinar la complejidad cognitiva de un modelo o metodología, podrá: estimar con mayor fiabilidad el esfuerzo para su implementación o tomar decisiones en el caso de una selección entre múltiples opciones.…”