"Ahora nos ayudamos más”: Docencia compartida y clima social de aula. Experiencia con el modelo de Educación. Deportiva.

Abstract

Calderón, A.; Martínez de Ojeda, D.; Valverde, J.J.; . "Ahora nos ayudamos más": Docencia compartida y clima social de aula. Experiencia con el modelo de Educación Deportiva. RICYDE. Revista internacional de ciencias del deporte. 44(12), 121-136. http://dx.doi.org/10.5232/ricyde2016.04403 ! 122 ! Introducción a investigación sobre la calidad del proceso de enseñanza y aprendizaje en educación sigue siendo un tópico de interés para las revistas especializadas desde Dunkin y Biddle (1974), Gump (1964), y Joyce y Weill (1972). Los trabajos de Ennis (2014), Hattie (2013), y Reynolds y col. (2014), son claros ejemplos de ello. Más de tres décadas de investigación en esta línea, concluyen que las intervenciones pedagógicas deben estar adaptadas a las necesidades individuales de cada aprendiz, y deben buscar la creación de climas de aula que permitan disfrutar de una experiencia de aprendizaje motivante y efectiva (Hattie, Biggs, y Purdie, 1996;Silverman, 2005). Una de las líneas de investigación minoritaria que aborda esta cuestión aunque de forma testimonial, es el análisis del efecto que la docencia compartida o co-enseñanza, pueda tener como estrategia docente que favorezca una enseñanza igualitaria para todos los alumnos, independientemente de sus necesidades educativas específicas (Cook y Friend, 1995). La docencia compartida hace referencia, como indican Scruggs, Mastropieri, y McDuffie (2007) o Strogilos y Stefanidis (2015), a una estrategia docente que ha sido y está siendo aplicada y desarrollada para favorecer una educación inclusiva, donde un docente enseña (generalmente el docente de educación general) y el otro asiste (generalmente el docente de educación especial o de apoyo).Sin embargo, su potencial como estimulante de un clima de aula que favorezca un proceso de aprendizaje de calidad, es del todo desconocido en un contexto de educación 'no especial' y en el ámbito de la educación física. Tal como reportan Martín y Onrubia (2011), la docencia compartida debe favorecer la creación de prácticas de colaboración en y entre los centros, al mismo tiempo que debe ser un recurso para los docentes que se plantean mejorar su práctica pedagógica, para poder adaptarla a las diversas necesidades educativas de los alumnos y permitirles un aprendizaje más motivante y de mayor calidad (Scruggs y col., 2007). En la misma línea, Siry (2011) y Willis, Kretschmann, Lewis, y Montes (2014) destacan sus posibilidades sobre su eficacia en la formación inicial de profesores, gracias al diálogo reflexivo que puede generar. Algunos de los trabajos que han abordado la docencia compartida, indican que para que su aplicación sea efectiva debe haber un alineamiento en los procesos de planificación, intervención y evaluación docente. Grenler (2011) y Weiss y Brigham (2000) concluyen que es fundamental que los docentes tengan predisposición, así como interés de participación, respeto mutuo y tiempo suficiente de planificación. Simpson, Thurston, y James (2014) matizan la importancia de la personalidad docente para el trabajo cola...

Implementation of a Model-Based Programme to Promote Personal and Social Responsibility and Its Effects on Motivation, Prosocial Behaviours, Violence and Classroom Climate in Primary and Secondary Education

“…Again, not many studies have analysed the application of TPSR related to motivation in an education context. However, relationships have been reported between the increase in responsibility and the most self-determined motivation [11,12,15,17], as well as between the satisfaction of the three basic psychological needs and the most self-determined motivation [18], confirming the results of the present study.…”

“…As regards the satisfaction of basic psychological needs, it is noteworthy that the psychological mediator index (combination of the satisfaction of the three needs: autonomy, competence and social relationships) improved significantly after the model application. Not many studies have addressed the relationship between TPSR and the three basic psychological needs, but it must be highlighted that in the study by Merino-Barrero et al [18] the responsibility perceived by students predicted the satisfaction of the three basic psychological needs and the most self-determined motivation. Furthermore, Menéndez and Fernández [63], who applied a hybrid model of TPSR and Sport Education, achieved very positive results, especially in competence and social relationships.…”

“…This suggests that an education based on autonomy transfer to the student and responsibility promotion may be appropriate in order to improve motivation and other social factors, as well as academic performance [18]. It has also shown predictive capacity of satisfaction of basic psychological needs and the most self-determined motivation states [19].…”

Effects of Motivation, Basic Psychological Needs, and Teaching Competence on Disruptive Behaviours in Secondary School Physical Education Students

“…Several studies have provided similar results to ours with respect to intrinsic motivation [8,36,67,68], favouring in turn a focus and concentration in the PE class and fewer disruptive behaviours [69]. In addition, if one works to promote student responsibility and empowerment through greater autonomy and trust on the part of teachers, serious misbehaviours could decrease considerably, fostering an optimal classroom and learning environment [21,68,70].…”

Applying the Personal and Social Responsibility Model as a School-Wide Project in All Participants: Teachers’ Views

“…Furthermore, responsibility has been proven to have positive relationships with motivational constructs, especially with intrinsic motivation (Escartí et al, 2011;Belando et al, 2015;Ortiz et al, 2016), which may indicate that teaching based on the transfer of autonomy and the promotion of responsibility can be appropriate for the improvement of motivation and other social factors along with academic performance (Smithikrai, 2013;Baena-Extremera et al, 2016;Calderón et al, 2016;Granero-Gallegos et al, 2020).…”