Environmental justice scholarship recognises and denounces the uneven spatio-temporal patterns of toxic exposures. In doing so, it often prioritises oppositional acts and standardised metrics of evidence of harm. In this essay, I explore the concept of jugarse la vida (wagering life) as a philosophy of vitality in toxic spaces to argue that desire and human agency have been obscured in environmental justice scholarship, specifically, the embodied and ordinary dimensions of how life is lived under conditions of environmental unfreedom. The essay proposes that locally developed analytics such as jugarse la vida can stand in for a theory of life under toxic conditions, specifically, a theory of marronage, and pushes for a critical engagement with the coloniality of North-centric concepts and frameworks in understanding environmental injustices in the global South. Resumen: Las investigaciones sobre justicia ambiental, t ıpicamente modeladas en experiencias en los EEUU, denuncian los patrones espaciotemporales de desigualdad asociados con las exposiciones qu ımico-t oxicas y priorizan m etricas estandarizadas de evidencia de daño y actos de oposici on para cambiar estos patrones. En este ensayo exploro el concepto de "jugarse la vida", un refr an de afirmaci on arraigado en la vivencia cotidiana de la ciudad de Esmeraldas en Ecuador, para argumentar que las dimensiones encarnadas y ordinarias de c omo la vida se crea y vive en condiciones de injusticia ambiental son minimizadas en investigaciones sobre justicia ambiental sin embargo cumplen un rol importante en la articulaci on de vida y resistencia. El ensayo eleva jugarse la vida como una anal ıtica de vivencia cotidiana que emerge en y responde a condiciones t oxicas deshumanizantes, y aboga por un compromiso cr ıtico con la colonialidad de los conceptos a modo de reconocer teor ıas enraizadas en las experiencias del Sur Global.