“…La primera goza de mayor prestigio, calidad (medido por años de acreditación), selección de ingreso y cuenta con menores niveles de deserción (Larrañaga, Cabezas, & Dussaillant, 2013). La segunda en cambio, suele reclutar a estudiantes de nivel socioeconómico bajo (Cerda-Navarro, Salva-Mut, & Comas-Forgas, 2019;Feliciano & Ashtiani, 2012) o con menor desempeño académico (Norton, Cherastidtham, & Mackey, 2019), quienes por falta de recursos o por falta de habilidades académicas seleccionan este tipo de instituciones (Merino, Martínez, & Valls, 2020;Muñoz, 2019;Ruiz-Tagle & Paredes, 2019), estando menos preparados para afrontar los desafíos académicos y serían más susceptibles de desertar en periodos de crisis, como la provocada por el COVID-19.…”