“…Uno tiene la impresión de que, en epigrafía digital, hemos recorrido el camino contrario, es decir, se ha avanzado mucho en las técnicas digitales, que contribuyen a visualizar en su integridad el monumento epigráfico y mejorar su legibilidad (la parte 2 de este libro) y menos en el análisis y tratamiento de los textos (la parte 3). Convendría tal vez echar un ojo a algunas iniciativas sobre cómo registrar epigrafía funeraria en otros periodos históricos, centradas en el texto tanto como en la lápida (Bos, 2022: búsquedas semánticas de parejas casadas o de aquellos casos en los que la mujer precede al marido en la conmemoración, por ejemplo).…”