“…Existen numerosos estudios sobre el uso de la T.A. en el aprendizaje del inglés, dependiendo de las necesidades educativas especiales del alumnado, del nivel y del contexto, por ejemplo para estudiantes con dislexia (Lerga et al, 2021), ADHD (Black & Hattingh, 2020), discapacidad visual o auditiva (Domagała-Zyśk , 2013;Kaperman et al, 2018), discapacidad psicológica (Alemi & Bahramipour, 2019), etc. Las investigaciones hasta la fecha se han centrado en el impacto que dicho uso ha tenido sobre el desarrollo de las competencias en distintas destrezas y componentes lingüísticos, por ejemplo, en el vocabulario (Mohamed & Sahaaban, 2021), en la gramática (Huang, 2020), en las competencias orales y aurales (González, 2020) y también en las escritas (Hicham & Bachir, 2020).…”