“…Aunque se los emplee individualmente los artefactos culturales -por ejemplo, los productos de santería y de uso terapéuticos, los libros, la música, las películas o la ropa-no funcionan casi nunca solos, sino que se constituyen en un "sistema de objetos" (Baudrillard, 2012:39) que los dota de un valor referencial de acuerdo a contextos rituales que los jerarquizan situacionalmente. En un artículo anterior (Algranti, 2016a:154-153), hemos intentado dar cuenta de la definición de dicho concepto y las aplicaciones originales que desarrolla, en distintos niveles, las ciencias sociales de la religión en América Latina (Garma Navarro, 2000;Lewgoy, 2004;Menezes, 2011;Jungblut, 2007;Lago 2013;Semán & Battaglia, 2012;Semán & Rizo, 2013;Mosqueira ,2014).…”