se traza la distribución de artefactos textiles y no textiles en una muestra de contextos relativamente bien documentados. La evidencia procedente de fardos complejos y más simples permite proponer un modelo del orden social, las relaciones de intercambio y los procesos históricos. Sobre la base de la reconstrucción de cada contexto mortuorio, la distribución de los tipos de artefactos, las asociaciones de género y las secuencias de prácticas mortuorias se aporta mejor evidencia para evaluar el rango social y los roles rituales. Los tipos y estilos de artefactos se agrupan de acuerdo a su presencia en los mismos contextos mortuorios para evaluar