“…A todo lo anterior hay que señalar que en estudios posteriores del CEQS donde no hubo una elección forzada de ítems en el AFE basada en la teoría, se describieron la existencia de estructuras de cuatro factores (Santi et al, 2019) y de dos factores (Fransen et al, 2014), todas ellas, con un número desigual de ítems por factor, lo que confirma nuestras dudas sobre la validez de la estructura del CEQS. También es cierto que en otros estudios se han replicado la estructura de 5 factores, como le sucedió a: Martínez et al, (2011) en España, Paes (2014) en Brasil, Boughattas y Noureddine (2017) y a Martínez-Alvarado et al (2019) en México. En el caso de los tres primeros, solo se hicieron AFC y con únicamente el modelo de cinco factores de Shorts et al (2005), lo que no permite determinar cuál es la mejor estructura para explicar las respuestas del CEQS, más aún cuando no existe un rango específico aceptable de valores para interpretar a los indicadores de ajustes del AFC como sucede con el coeficiente chi o ji cuadrado (χ²), cuando se utiliza en "muestras mayores de 200 encuestados" (Hair et al, 1999, 680), la razón χ² normada (χ²/gl), el índice de bondad de ajuste (GFI), el índice de no centralidad (NCP), el índice de validación cruzada esperada (ECVI), el residuo cuadrático medio (RMSR), el índice de bondad de ajuste (GFI), el índice de ajuste normado de parsimonia (PNFI) y el índice de calidad de ajuste parsimonia (PGFI), por lo que la interpretación del grado de ajuste en un AFC, exige el uso de la estrategia de modelos rivales, razón por la cual todos los estudios anteriores cometieron el sesgo confirmatorio que describe Hair et al (1999).…”