Evocar la persistencia de los modelos nacionales de gobierno local se justifica, tal y como lo veremos en una primera parte, incluso si éstos han sufrido importantes transformaciones en el tiempo y en el espacio. Al mismo tiempo parece que, después de varios años, los gobiernos locales de los países europeos se ven enfrentados a las mismas posturas prioritarias que a menudo intentan responder de manera convergente. Por lo tanto, en una segunda parte, nos preguntaremos en qué medida los modelos tradicionales tienden hoy a hacerse triviales.
I. Los modelos tradicionales de gobierno localEl gobierno de los territorios varía sensiblemente de un país a otro. Más que limitarse a subrayar el carácter idiosincrásico de los diferentes contextos nacionales («cada caso es particular»), el comparativista puede y debe pasar a una etapa superior identificando grupos, familias, categorías de casos que correspondan a una misma matriz, obedeciendo a una lógica globalmente común. Por eso, necesitará armarse de conocimientos profundos sobre la historia, las instituciones, las reglas formales e informales del juego político de varios países. De vez en cuando este reto se ha llevado a cabo desgraciadamente de una forma relativamente vacía y descriptiva. Aparte de los trabajos de los juristas (DELCAMP, 1997), algunos expertos en política han logrado proponer los fructuosos marcos de comprensión global de la emergencia, de la diferenciación y de la transformación de modelos de gobierno local (HESSE y SHARPE, 1991; GAPP n.° 16. Septiembre-Diciembre 1999 HINTZE, 1962;KJELLBERG, 1995; PAGE, 1991; PAGE y GOLDS-MTTH, 1987; SHARPE, 1970;SHARPE, 1988).Para evitar previamente toda ambigüedad referente al tér-mino polisémico de modelo, precisemos que éste se utilizará en este texto bien como se acaba de definir, es decir, como una categoría, una variedad particular {Muster, en alemán), o bien como un arquetipo, un ejemplo que sirve o debe servir de objeto a imitar {Vorbild, en alemán). La diferencia de significado se debe, por lo tanto, a la variación de capacidad de atracción entre dos usos.
La emergencia de los modelos y su difusiónLa naturaleza y las características de un sistema de gobierno local en un país dado no dependen del azar ni de la sucesión puramente aleatoria de los añadidos, ni de las correcciones, ni de las reformas realizadas en el transcurso de los años. Por el contrario, la historia contemporánea ofrece numerosos ejemplos de Estados que bien se vieron obligados a imponer el sistema de una potencia exterior, o bien se sometieron voluntariamente a un proceso de examen, de comparación, y de selección de los diferentes «paquetes» institucionales disponibles en el «mercado».La Francia revolucionaria-napoleónica también exportó, con más o menos autoridad, sus instituciones locales desde el Norte hasta el Sur de Europa, aunque bajo el Imperio más de la mitad de los europeos se administraban siguiendo con un mismo patrón de organización uniforme en departamentos, regiones y comunas, bajo la dirección de prefectos y sub-prefectos. P...