“…Albir (2011, p.37) citada en Hannou (2021) apunta a que se trata de un proceso mental complejísimo, en el que intervienen múltiples operaciones cerebrales, y cuyos procesos básicos son, lo que ella denomina como, la comprensión y la reexpresión, pues para que un individuo pueda desarrollar una óptima reestructuración debe considerar otros elementos, además de la gramática y la coherencia del texto original. Resulta importante compartir lo establecido por Trovato (2022), quien menciona que los resultados de una traducción cambian dependiendo de la formación del traductor, así como su ética ante ciertos casos lingüísticos, culturales y pragmáticos. Las habilidades y el desempeño del traductor son factores con mucha presencia al momento de traducir, aunque también lo es que el sujeto en cuestión sea capaz de expresarse correctamente, de manera oral y escrita, en su propio idioma dentro de un contexto específico para así comunicar el mensaje del texto original (TO), como lo indica Cifuentes (2017) en Las diez competencias fundamentales para la empleabilidad según egresados, profesorado y profesionales de la traducción y la interpretación.…”