“…De este modo, buscaban discutir con aquellas construcciones dicotómicas propias del sentido común médico y jurídico que aún hoy caracterizan a los/as usuario/as como sujetos enfermos, dependientes, aislados, faltos de voluntad, sin un proyecto de vida, estudio o trabajo, despreocupados por su salud, incapaces de cuidar de sí y de otras personas, irracionales, descontrolados (sin dominio de sí), mentirosos, carentes de responsabilidad, autonomía y libertad; y/o bien como seres desviados, violentos, peligrosos, vinculados a la delincuencia y al narcotráfico (Epele 2010;Renoldi 2001).…”