“…En las Antillas británicas, la situación fue también variable, aunque se ha estudiado la contratación de profesionales sanitarios, médicos, cirujanos o boticarios en varias islas, dando como resultado la existencia de ratios de un "médico" por cada 1.500 esclavos en Jamaica, 780 en Trinidad, 1.300 en Barbados, etc., lo que, por otra parte, no era muy diferente para la población blanca de estos territorios, que también era atendida por estos médicos que visitaban las plantaciones (Craton, 1991;Higman, 1995). Es interesante constatar la fuerte presencia de médicos franceses entre estos que visitaban las haciendas y plantaciones en el área del Caribe y Brasil, aunque también encontramos médicos locales de gran renombre como Tomás Romay y españoles como Francisco de la Barrera (1953), un pionero en el estudio de las enfermedades y la alimentación esclava . En el caso de los médicos galos, lo interesante es su interés y preocupación por confeccionar manuales para el uso de los hacendados, sus amos, por lo que tomaremos prestada de Manuel Moreno Fraginals el nombre de hipócrates negrero, que él utilizó para calificar a Tomás Romay, el promo-tor de la vacunación antivariólica en Cuba (López Sánchez, 1964) para dos casos relevantes en Cuba y Brasil (Moreno Fraginals, 1978, t. 2, p. 75).…”