“…Pero, junto con las causas de la derrota, también cabe tomar en cuenta sus efectos. Así, perder en la política podría tener al menos dos implicaciones: primero, la reducción del interés de los candidatos en la propia política, incluso hasta el punto de llegar a abandonarla (Schlesinger, 1966;Moncrief, 1998;Louault, 2011); y, segundo, su transformación en un agente movilizador de protesta política, convencional o no convencional (Anderson y Mendes, 2006;Esaiasson, 2011;Tarrow, 2013;Norris et al, 2015).…”