En el ámbito educativo, se considera la formación por competencias, reconocidas dentro del currículo ecuatoriano como destrezas, mismas que responden a una perspectiva modernizadora de la educación, con el fin de formar ciudadanos orientados a ser productivos y funcionales. Es por ello, que la reforma buscó intervenir desde los primeros años de escolaridad, donde los nuevos desafíos responden a las competencias didácticas, sociales; que preparen a los futuros profesionales, como respuesta a una sociedad cambiante. Por lo cual se analiza el Currículo nacional Ecuatoriano encontrando que este instrumento direcciona los objetivos, los trascendencias y metas de la educación formal y efectiviza las metodologías de detección y valoración de su efectividad. Un currículo concretado, puesto a prueba, coherente y enfocado con las necesidades de aprendizaje de la colectividad, en congruencia con los recursos; enfrenta las exigencias mínimas para responder apropiadamente a las necesidades educativas, buscando promover el quehacer idóneo de los procesos de enseñanza aprendizaje, a fin de establecer un impacto escolar en concepciones de calidad educativa.