a un escrito del 17 de noviembre de 1944 del presidente Franklin D. Roosevelt, en el que le había solicitado su opinión acerca de cómo aprovechar los conocimientos disponibles, casi todos ellos generados como necesidades militares, en beneficio del bienestar de los ciudadanos.La respuesta, escrita en un notable documento titulado Science, the endless frontier (Ciencia, la frontera sin fin) concluía con cinco principios fundamentales para que el programa a desarrollar fuera eficaz (1): → → Conferir estabilidad de fondos durante unos años para poder emprender programas de largo alcance. → → Promover una agencia para la administración de estos fondos gestionada por ciudadanos de amplio conocimiento en la investigación científica y la educación. → → Promover investigación fuera de las organizaciones dependientes directamente del gobierno federal. → → Ayudar primordialmente a la investigación básica de las universidades e instituciones científicas. → → Asegurar independencia y libertad a esas instituciones pero mantener la responsabilidad en la metodología de la investigación.Este documento es considerado como el inicio de la política científica que, como comenta Albornoz (2), fue posteriormente asumida y desarrollada por diferentes organismos internacionales como la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Ciencia, Tecnología y Desarrollo (3), el Banco Mundial en su informe sobre el desarrollo mundial 1998/99 (4), y la Unesco en la conferencia Mundial de la Ciencia, celebrada en Budapest en 1999 (5).La política científica tiene como objetivo ofrecer a las actividades científicas los medios más óptimos para su desarrollo dentro del proceso global de la sociedad y se podría definir como el conjunto de normas que un Estado adopta para promover y/o impulsar la investigación científica.Este interés de los organismos internacionales -y por ende de los Estados-por la política científica es un componente natural del ambiente mercantil prevaleciente. Al fin y al cabo, se considera como algo que agrega valor económico con la esperanza que traiga progreso social, siendo un apreciable instrumento de poder al ser uno de los ejes con efectos sobre la estructura social (2). Disponer de recursos en investigación y demostrar una fuerte capacidad de innovación tecnológica se reconocen como elementos que condicionan el crecimiento económico de los países. Además, aunque la teoría económica parezca confirmar que los esfuerzos en investigación, desarrollo y tecnología son determinantes de los niveles de competitividad de las economías (6), hay que buscar maneras de reducir las desigualdades que se generan en este proceso.