“…Se observa que en la mayor parte de los estudios existentes sobre homo y lesbofobia son de tipo cuantitativo y están contextualizados principalmente en Estados Unidos (Katz-Wise y Hyde, 2012). También se destaca que en los últimos años ha aumentado considerablemente el número de estudios referentes a esta temática, tanto en el contexto español (España, Guerrero, Farré, Canella y Abós, 2001; COGAM, 2008; Serrano-Pastor, Gómez-García, Amat, y López-Gomis, 2012; De la Cuadra, Sánchez, Ries, y Macías, 2013; FELGTB y COGAM, 2013; ILGA, 2013; Rodríguez-Castro, Lameiras-Fernández, Carrera-Fernández y Vallejo-Medina, 2013; Otero, 2015a; Oviedo, Herazo y Campo-Arias; 2015); como en el mexicano (Hernández y Torres, 2005;Moral y Martínez, 2010;Verduzco y Loving, 2010;Moral, 2011a;2011b;Verduzco y Sánchez, 2011;Delgado y Young, 2012;Pullido, Leyva, Ortiz, Mendoza, Rodríguez y Rosado, 2013). Aún así se observa que, a pesar de que la Federación Internacional del Trabajo Social (FITS) tal y como señala el Consejo General del Trabajo Social (CGTS, 2014), aprobó la creación de un banco internacional de buenas prácticas en materia de identidad sexual y Trabajo Social, los estudios sobre diversidad desde esta perspectiva son escasos (Otero, 2016b).…”