La vivencia de estar muerto

Abstract

F., com 29 años, casada, ingresó en nuestro Servicio Hospitalario en Junio de 1949. La enferma dice que fué siempre nerviosa y (pie se irritaba con facilidad; nunca tampoco fue muy activa. Siete años antes, poco tiempo después de haber contraído matrimonio, padeció una temporada de fiebre. Dos años después comenzó a dibujarse en la enferma el cuadro parkinsoniano que hoy está plenamente desarrollado. Tres años antes de ingresar en nuestro Servicio se inició el contenido psicótico actual. Ya se encontraba la enferma en un estado bastante acusado de hipoquinesia estriada cuando comenzó a decir "que ella estaba matada" y que "se iba a tomar unas pastillas de veneno o arrojarse desde el terrado". Antecedentes familiares:Padre muy bebedor. Uno de sus hermanos padeció una psicosis; los restantes hermanos han estado siempre sanos. Un tio paterno padeció una psicosis cuando contava 35 años de edade, sin que hayamos podido inquirir más detalles sobre la misma. Tiene una hija en buen estado de salud.La enferma se presenta en intenso estado de hipoquinesia con rigor extrapiramidal en todos sus miembros; actitud tipicamente parkinsoniana; considerable déficit de sus movimientos espontáneos y mímicos; ligero temblor extrapiramidal en ambas manos, especialmente manifiesto en su lado izquierdo. El líquido espinal es normal.Las vivencias de la enferma son espontaneamente relatadas de esta manera: "Hace tres años estuve en el cine con mi marido. Cuando volví a casa y me metí en la cama tuve un mal pensamiento, quitarme la vida. Y en efecto con la cabeza, es decir, con el pensamiento me destrocé todo mi interior. Desde entonces ni matriz, ni pulmones, ni corazón, ni nada, por eso estoy muerta, mejor dicho, matada. Yo no estoy tonta ni loca como cree mi familia, lo que estoy es matada. No tengo ni lágrimas en los ojos para llorar mi falta.Si estuviera enterrada, estaria dando saltos y brincos, como estoy muerta no puedo moverme. Que angustias estoy pasando!" Y después: "Antes de matarme yo tenia muchas fuerzas.Antes de morirme me daban como rayos al corazón, ahora ya ni los siento, pues me lo he destrozado. A mi no me duele nada. Como me va a doler si no tengo nada?" Durante la conversación que entablamos con ella, contesta muy juiciosamente todo lo que no tenga relación con su vivencia, pero interrumpe a cada momento para exclamar: "Ay lo que he hecho comigo! Que pensamiento me dio de matarme. Que mala hora.Seria mi sino, seria mi sino, seria mi sino !. Es una inquisición lo que yo he hecho conmigo y con mi familia. Con lo que yo he temido siempre a la muerte y haberme dado esto. Seria mi sino, seria mi sino". Dice que se mató "con la cabeza, metiéndome las tripas para adentro"; que no metió la cabeza en el vientre, pero lo hizo "con un mal pensamiento". Prosigue su relato expontâneo: "Mi marido es muy guapo pero yo soy mala con él". No ha faltado en su fidelidad de esposa, "pero me he matado y al