La sustitución de especies pesqueras (seafood mislabeling) ocurre cuando el nombre científico de una especie, por ejemplo, identificada mediante métodos de genética forense, no corresponde con el nombre comercial con el cual la muestra de pescado fue vendida. Dicha sustitución representa un obstáculo para el manejo sustentable y la comercialización de productos pesqueros, y contribuye a la pesca ilegal. La sustitución de especies puede dar una percepción errónea acerca de la presencia y abundancia de especies comerciales que son populares entre los consumidores y que ocupan niveles tróficos superiores como depredadores, incluyendo pargos, meros, robalos, huachinangos, etc., que pueden ser sustituidos por otras especies menos conocidas y que ocupan niveles tróficos menores al alimentarse de algas, zooplancton, invertebrados, etc., lo que oculta la sobreexplotación de depredadores tope y los alcances de la pesca en la degradación de las cadenas ecológicas de los ambientes marinos (Sala et al., 2004). En consecuencia, las especies que se emplean para sustituir a las más populares carecen de la atención de los tomadores de decisión y de un manejo adecuado a su nivel real de explotación. En este escenario, los pescadores que encuentran su sustento aprovechando especies poco conocidas se ven en la necesidad de aumentar sus capturas debido al bajo precio que obtienen por estas, aun cuando sus productos pueden ser vendidos a altos precios al servir como sustitutos de especies comercialmente populares (Stawitz et al., 2017). En otros casos, los consumidores pueden creer que están comprando o consumiendo un pez marino (que puede ser o no sustentable) que en realidad ha sido sustituido por una especie dulceacuícola (ej. tilapia, Oreochromis sp., o basa, Pangasianodon sp.) producida por técnicas de acuicultura masiva, dentro o fuera de México, y que tiene distintos alcances (Nhu et al., 2016). Al intercambiar la identidad de las especies comerciales de pescado, algunas de ellas restringidas de la pesca comercial (ej., aquellas reservadas a la pesca deportiva, como marlin, pez vela, pez espada, dorado, etc. dof 16/03/1994 y dof 25/11/2013) o en peligro de extinción, como algunos tiburones y peces incluidos en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (uicn), pueden ser comercializadas de manera discreta o anónima, lo que puede representar un obstáculo al manejo y la conservación eficiente de estos recursos pesqueros o amenazados por la sobreexplotación. Los estudios en varias partes del mundo han mostrado que los niveles de sustitución de especies de peces marinos pueden ser altos, aunque, en general, el promedio de sustitución en las muestras examinadas es de ~30 % (Pardo et al., 2016). Sin embargo, pocos estudios de sustitución de especies de peces se han realizado en América Latina, incluyendo Belice (Cox et al., 2013), Costa Rica (O’Bryhim et al., 2017), Chile (Sebastian et al., 2008), Perú (Marin et al., 2018), y varios estudios realizados en Brasil (Carvalho et al., 2017; Staffen et al., 2017; Veneza et al., 2018). En México, un primer estudio con un tamaño de muestra muy reducido (n = 6) estuvo enfocado sólo en la venta de bacalao en tiendas, donde se reportó 67 % de sustitución en Ciudad de México (cdmx) (Lambarri et al., 2015). Un estudio 6reciente con un mayor número de muestras (n = 134), obtenidas de pescaderías de la cdmx y mercados en el estado de Quintana Roo, reportó una sustitución promedio de 18 % y la comercialización de especies amenazadas de acuerdo con la uicn (Sarmiento-Camacho y Valdez-Moreno, 2018). Con el objetivo de conocer la naturaleza y magnitud de la sustitución de especies de pescado en México, y poder ofrecer soluciones específicas, iniciamos el estudio más completo que se ha realizado en el país hasta el momento, en el que presentamos los resultados de la identificación de 383 muestras individuales provenientes de pescaderías, supermercados y restaurantes en tres ciudades de México (Mazatlán, cdmx y Cancún).