“…En los niños y niñas se observa un perfil lingüístico variado, donde las dificultades van desde problemas puntuales en la producción de palabras, errores en el empleo de tiempos verbales en pasado, errores en la repetición de pseudopalabras (Acosta, 2012), dificultades en la adquisición de habilidades sintácticas y semánticas (Smith-2020, Retos, 38, 235-241 © Copyright: Federación Española de Asociaciones de Docentes de Educación Física (FEADEF) ISSN: Edición impresa: 1579-1726. Edición Web: 1988-2041 Lock, Leitao, Lambert & Nickels, 2013), dificultad en el empleo de artículos definidos (Auza & Morgan, 2013), dificultades en tareas pragmáticas como inferir intencionalidad y distinguir sentidos figurados en enunciados literales y tareas metafóricas (Roqueta, 2010), manejo significativamente menor de habilidades del discurso narrativo (Pavez, Coloma & Maggiolo, 2010), desviaciones en habilidades fonológicas como la presencia de procesos de simplificación fonológica (Crestani, 2013), dificultades en memoria y conciencia fonológica (Nicolielo, 2014), un vocabulario muy limitado, escasa comprensión de tipos específicos de palabras y frases, dificultades en la memorización de palabras o dificultades en la producción de frases de longitud (Mineduc, 2009), hasta formas más severas en las que se ven afectados todos los niveles del lenguaje en sus modalidades comprensivas y expresivas (Villanueva et al, 2008). Sin embargo, paradójicamente recientes investigaciones han aportado evidencia sustantiva que indica que el TEL ocurriría en presencia de dificultades neurológicas, cognitivas, de procesamiento de la información y motoras (Acosta-Rodríguez, 2012;Carmona-Vázquez, Peña-Landín, Cornelio-Nieto & Borbolla-Sala, 2014) y producto de mutaciones genéticas alojadas en el genotipo lingüístico (Benítez-Burraco, 2012) cuestionando el carácter intrínseco, la especificidad, independencia y transcurso evolutivo del desarrollo del lenguaje.…”