“…Es importante señalar que, desde esta perspectiva, se ha rechazado la idea de la existencia de un modo de vida determinado que pueda ser pensado como universalmente bueno o valioso, esto es, de definir un fundamento absoluto para aquello que constituye una vida buena; en cambio, se ha propuesto que evaluar el modo de vida en que se hallan las personas, implica partir de ellas mismas, de Cad. Saúde Pública 2018; 34(5):e00171617 sus valores, objetivos, propósitos, de sus fidelidades, obligaciones y su propia concepción del bien 24 , ya que, al hacerlo desde un referente externo a sus marcos valorativos, podría estarse imponiendo una idea particular del bien 25 , de un buen desarrollo de la vida 26 . En este contexto, la noción de vida buena, que parte de tradición aristotélica, hace referencia a una vida reflexivamente valorada, esto es, a la vida que las personas tienen razones para valorar 14,24,27 .…”