La cronicidad en el siglo XXI: frente a los desafíos de una sociedad cambiante

Abstract

Actualmente, existe un aumento de las enfermedades no transmisibles (ENT), el envejecimiento de la población y los cambios en el estilo de vida, lo que corrobora el aumento de la cronicidad, uno de los mayores desafíos que enfrenta la sociedad contemporánea. En este editorial examinaremos la cronicidad en el siglo XXI y la necesidad de abordar este problema de manera integral y sostenible.En los últimos años hemos sido testigos de un aumento significativo en el número de personas con enfermedades crónicas como diabetes, enfermedades cardiovasculares, cáncer, enfermedades respiratorias crónicas, entre otras. Estas enfermedades tienen un profundo impacto en la calidad de vida de las personas, pues imponen adaptaciones en el modo de vida y una importante carga económica para las familias y los sistemas de salud, que necesitan ser comprendidas en el proceso de gestión del cuidado en la Red de Atención a la Salud.Un estudio brasileño mostró que, en la última década, hubo un aumento en la prevalencia de depresión, cáncer, diabetes, trastornos neuropsiquiátricos, problemas pulmonares crónicos y trastornos musculoesqueléticos. Los brasileños afectados con al menos una enfermedad crónica no ENT, con el tiempo, fueron cubiertos por la Estrategia de Salud de la Familia, pero hubo una reducción en la atención médica oportuna y la obtención de medicamentos recetados gratuitos (1) . Por lo tanto, es crucial comprender las causas subyacentes para apoyar políticas públicas efectivas para la prevención y el control de las ENT.Otro factor importante que contribuye a la cronicidad es el envejecimiento de la población. Los avances tecnológicos y mejores condiciones de vida han llevado a la longevidad; sin embargo, el envejecimiento conduce a un aumento en la prevalencia de enfermedades crónicas, lo que requiere una adecuación del sistema de salud para atender las demandas de los adultos mayores, brindando una atención adecuada, integral y de calidad.El mundo globalizado y urbanizado trajo cambios en el estilo de vida que impactaron en la aparición de enfermedades crónicas. La mayoría de la población ha adoptado hábitos poco saludables, como las dietas ricas en grasas, el sedentarismo, el alcoholismo y el tabaquismo, que han contribuido al aumento de estas enfermedades. Así, los programas de promoción de estilos de vida saludables y la concienciación sobre los riesgos asociados son fundamentales para prevenir y controlar la cronicidad, en los que el sistema sanitario debe promover la prevención primaria, secundaria, terciaria y cuaternaria basada en la evidencia.La cronicidad constituye un gran desafío para el sistema de salud, ya que los recursos son limitados, los servicios de salud no están integrados y la atención suele estar fragmentada. Para superar estos desafíos, se necesita un enfoque interprofesional y colaborativo, que involucre a profesionales de la salud, gobiernos, instituciones académicas y la sociedad civil, con el objetivo de desarrollar enfoques innovadores y sostenibles en el manejo de esta situación.Ante ello, par...