Young Patients with Anorexia Nervosa: The Contribution of Post-Traumatic Stress Disorder and Traumatic Events

Abstract

Background and Objectives: Anorexia nervosa (AN) is a complex disorder whose etiopathogenesis involves both biological and environmental factors. The aims of the present study were to retrospectively analyze risk factors in young patients with AN and to assess differences in clinical and eating-related symptoms between patients with and without a diagnosis of post-traumatic stress disorder (PTSD) and with or without a history of acknowledged risk factors. Materials and Methods: Sixty-four patients with AN (<25 years old) were recruited and completed an anamnestic evaluation and the following self-report measures: Eating Disorder Examination Questionnaire (EDE-Q), Childhood Trauma Questionnaire (CTQ), State-Trait Anxiety Inventory (STAI-Y), Beck Depression Inventory (BDI), Life Events Checklist (LEC), and Dissociative Experience Scale (DES). The PTSD diagnosis was assigned according to the Structured Clinical Interview for the DSM-5 (SCID-5). Results: The most frequent risk factors were those associated with relational traumatic events and familiarity for psychiatric disorders. Higher severity of body-related symptoms (i.e., those symptoms impacting on body image and perception and leading to body concerns) emerged in patients with PTSD, versus patients without PTSD diagnosis; however, after controlling for dissociative symptoms, only differences in BMI remained significant. Concerning other risk factors, those with a history of childhood trauma were more depressed than patients without such history and those with familiarity with eating disorders reported more AN-related hospitalizations in the past than those individuals without familiarity. Conclusion: These results suggest the importance of investigating the presence of risk factors and PTSD diagnosis in patients with AN, and to treat post-traumatic symptoms in young patients in order to decrease the risk of developing severe forms of AN. Moreover, a particular focus on those patients with a family member affected by an eating disorder could be of clinical utility.

Associations Between Trauma, Early Maladaptive Schemas, Personality Traits, and Clinical Severity in Eating Disorder Patients: A Clinical Presentation and Mediation Analysis

“…From a clinical perspective, the patients who experienced traumatic events in this study had a more impaired psychopathological profily than the others, reportingmore severe ED psychopathology and psychological symptoms and a poorer quality of life. This evidence is in line with the recent literature from various different countries that has revealed a more complex profile in patients with traumatic experiences and various EDs (Backholm et al, 2013;Brewerton et al, 2020;Longo et al, 2021), and it corroborates the evidence of a specific adverse effect of trauma with a possible specific ecophenotype for ED patients with traumatic experiences (Chami et al, 2019). We confirmed the presence of a poorer quality of life and an impaired psychosocial domain (Backholm et al, 2013;Brewerton et al, 2020) in ED patients with traumatic events, supporting the importance of evaluating traumatic history in ED patients (Brewerton, 2019).…”

Trastornos de la conducta alimentaria, experiencias adversas vitales e imagen corporal: Una revisión sistemática

“…Si consideramos el tipo específico de situación adversa sea el abuso físico, sea el emocional que el sexual padecido en la infancia se han asociado a un IMC elevado o bajo y a alta insatisfacción corporal; más específicamente, el abuso emocional se reporta con más frecuencia en personas con bajo peso, mientras que el abuso físico y el sexual se relacionan con un peso alto Kothary et al 2015;Richardson et al, 2014;Vartanian et al, 2018;Tagay et al, 2014;Roenholt et al, 2012;Longo et al, 2020). El estudio de , en la relación entre experiencias adversas e insatisfacción corporal, distingue como el abuso emocional se asocia con más frecuencia a la preocupación por la figura corporal mientras que el físico se asocia a la preocupación por el peso.…”

“…En todos los estudios revisados la correlación descrita es positiva excepto en el de Villarroel et al (2012) que describe una asociación negativa entre abuso físico e insatisfacción corporal. También se ha encontrado asociación positiva entre aco- so escolar, violencia intrafamiliar e IMC elevado (Mitchison et al, 2018;Hicks White et al, 2018;Longo et al, 2020), violencia en la pareja y aumento de la preocupación entorno a la silueta (Kothari et al, 2015), estrés derivado del combate y riesgo de obesidad . Todos los estudios han evaluado diferentes tipos de situaciones adversas y solo 1 (Groff Stephens y Wilke, 2016) se ha centrado exclusivamente en los efectos de la violencia sexual encontrando asociación positiva con conductas purgativas mientras que la alteración de la imagen corporal parece ser una variable independiente que predice bajo peso.…”

“…= No informado; TA = trastorno de atracón; AS = abuso sexual; AF = abuso físico; AE = abuso emocional; NF = negligencia física; NE = negligencia emocional; IC = insatisfacción corporal; TEPT = trastorno por estrés postraumático; IMC = índice de masa corporal; AN = anorexia nerviosa; BN = bulimia nerviosa; TCANE = trastornos de la conducta alimentaria no especificados; TCA = trastornos de la conducta alimentaria. , 4 (25%) transversales prospectivos (Mitchison et al, 2018;Hicks White et al, 2018;Groff Stephen y Wilke, 2016;, 9 (56.2%) transversales retrospectivos (Backholm et al, 2013;Vartanian et al, 2018;Tagay et al, 2014;Brooke y Mussap, 2012;Villarroel et al, 2012;Roenholt et al, 2012;Longo et al, 2020). Dado el aumento de interés sobre la repercusión de las experiencias adversas vitales en la salud mental, en los últimos años se han desarrollado diferentes test validados para la recogida de las mismas, aunque en muchos trabajos se suelen utilizar cuestionarios elaborados por los autores dificultando las generalizaciones (Donald, 2012).…”

“…En cuanto a la evaluación de la imagen corporal, en nuestra revisión 4 (25%) estudios la evalúan mediante el IMC (Richardson et al, 2014;Roenholt et al, 2012;Hicks White et al, 2018), en dos (12.5%) se ha utilizado entrevista directa preguntando a los participantes cual creían que era su peso y comparándolo con el real para evaluar la distorsión corporal y si estaban satisfechos con el mismo para evaluar la insatisfacción (Groff Stephen y Wilke, 2016;Mitchison et al, 2018). En los otros se han utilizados cuestionarios validados siendo el más usado (56.2% de los estudios) el cuestionario de evaluación de trastornos alimentarios (EDE-Q; Fairburn y Beglin, 1994), autoadministrado con 37 ítems (respuesta tipo Likert) que contiene 4 subescalas que evalúan las preocupaciones sobre la silueta (Backholm et al, 2013;Brooke y Mussap, 2013;Kothari et al, 2015;Mitchison et al, 2018;Vartanian et al, 2018;Villarroel et al, 2012;Longo et al, 2020), cuya consistencia interna es de 0.92. También se han utilizado (Brooke y Mussap, 2013;Tagay et al, 2014) las subescalas de obsesión para adelgazar del inventario de trastornos alimentarios versión 2 (EDI-2; Garner, 1993) y 3 (Garner, 2004), cuestionarios de 91 ítems que evalúan diferentes aspectos cognitivos y conductuales de los TCA (consistencia interna: 0.82); la escala sobre obsesión para la musculación (consistencia interna: 0.82) de McCreary (2007) en el estudio de Brooke y Mussap (2012), y el Body shape questionnaire (BSQ; Cooper et al, 1987), cuestionario auto aplicado de 34 ítems que evalúa miedo a engordar, baja autoestima ligada a la apariencia, insatisfacción corporal y cogniciones asociadas al peso (consistencia interna: 0.95), en el de Dunkley et al, (2010) (véase Tabla 2).…”