“…De otra parte, la percepción de inseguridad es otro elemento estigmatizante; por ejemplo, según Rhyn L (2019) el estigma confiere la idea que todos los firmantes de paz son terroristas o intrínsecamente malos y, por lo tanto, incapaces de cambiar y participar en la sociedad. Pero realmente las capacitaciones en habilidades primarias a nivel empresarial, el aprendizaje de nuevos idiomas y herramientas tecnológicas, pueden demostrar que el pasado de una persona no define su futuro y que, con el apoyo de todos los actores involucrados, la incorporación de los firmantes de paz puede contribuir al desarrollo del país (Anctil y Bolívar, 2018) Bajo esta premisa, el cambio social que se puede generar desde la formación de firmantes de paz orientada por el sector privado, apoyada por el Gobierno y vigilada desde la academia, permitiría abrir grandes oportunidades para el país en los enfoques más importantes, donde la reconciliación y el perdón son los cimientos de la paz sostenible que tanto necesita.…”