“…El Virreinato llegó a tener la primera población de negros libres y la segunda de esclavizados más importante de todo el continente hasta la primera mitad del siglo XVII (PALMER, 1976;AGUIRRE BELTRÁN, 1981;BENNETT, 2003), cuando la recuperación demográfica de la población indígena pudo cubrir la incesante demanda de mano de obra. Esta circunstancia, y el fin del asiento portugués en 1640, hizo descender el tráfico procedentes directamente de África, es decir, de negros bozales (boçales) como Magdalena, pero no así el comercio, que continuó basado sobre todo en negros y afrodescendientes criollos (RODRÍGUEZ, 2015;SEIJAS;SIERRA, 2016). Según el archivo notarial de Puebla, no menos de 20 000 personas fueron sujetos de transacciones comerciales en ese mercado durante el siglo XVII (SIERRA, 2013), pero de todas ellas, entre 1640 y 1665, -no se reportaron transacciones que incluyeran a cautivos extraídos directamente de África‖ (RODRÍGUEZ, 2015, p. 84).…”