“…Hoy en día pueden observarse algunos efectos adversos de la urbanización caótica y descontrolada en sectores de la población menos favorecidos: pobre calidad de vivienda, sistemas sanitarios deplorables, problemas de hacinamiento, escasez de áreas verdes urbanas y desde el punto de vista social un incremento en la criminalidad, delincuencia juvenil, violencia, explotación sexual, suicidios, depresión e incremento en el número de divorcios (Funmilayo, 2012;Gold, 2002;Helbich, et al, 2017;Marques, & Lima, 2011;Nor, Corstanje, Harris, & Brewer, 2017), sin olvidar también su impacto en la biodiversidad, el funcionamiento de los ecosistemas urbanos (Pena et al, 2017). Partiendo de una perspectiva de sustentabilidad, la psicología ambiental y disciplinas asociadas tendrán en común el desarrollo de una agenda compartida para la atención y entendimiento de dichos problemas y la promoción de aspectos positivos de las ciudades asociados a una mejor calidad de vida (Kirst, Schaefer, Hwang, & O'Campo, 2011).…”