L a rosácea es una dermatosis infl amatoria crónica caracterizada por la aparición de eritema, telangiectasias, pápulas y pústulas en el área centrofacial. A menudo cursa con remisiones y exacerbaciones. Basándose en el tipo de lesión predominante el National Rosacea Society Expert Committee propuso en el 2002 una clasifi cación clínica de la rosácea, que incluye los siguientes 4 subtipos: Eritemato-telangiectásica, pápulo-pustulosa, fi matosa y ocular. Sin embargo, la rosácea fulminans queda excluida de dicha clasifi cación considerándose una entidad independiente 1,2 .Presentamos dos pacientes con rosácea fulminans en los cuales el uso de corticoterapia tópica pudo ser el desencadenante del cuadro.
Caso 1Un varón de 29 años, natural de Brasil, con antecedentes personales de dermatitis seborreica y lupus cutáneo subagudo, fue remitido a nuestra consulta por el desarrollo de un cuadro cutáneo abrupto de una semana de evolución localizado en región centrofacial y torácica anterior.El paciente se había aplicado un corticoide tópico (mometasona furoato al 0,1%) dos veces al día durante 1 mes para intentar controlar las lesiones. Reseñaba el antecedente de lesiones pustulosas aisladas en cara ocasionales y episodios de enrojecimiento facial con calor y alcohol.Clínicamente mostraba, eritema facial y lesiones pápulo-pustulosas localizadas en frente, mejillas, región perioral y tórax. Además presentaba ausencia de comedones y padecía afectación ocular con inyección conjuntival acompañado de fotofobia y lagrimeo. No presentaba fi ebre ni otra clínica sistémica. La analítica con bioquímica general y hemograma resultaron normales.Con el juicio clínico de rosácea fulminans con afectación ocular inició tratamiento oral con prednisona 40 mg/día, metronidazol 500 mg/12 horas, isotretinoína 50 mg/día (0,7 mg/kg/día), y lágrimas artifi ciales. El metronidazol y la prednisona se suspendieron tras un mes de tratamiento (la última en pauta descendente). Por último, la isotretinoína oral se retiró tras tres meses de tratamiento realizando descenso progresivo de la dosis. El paciente evolucionó favorablemente con mejoría importante de las lesiones hasta la desaparición completa tras los tres meses de tratamiento. El paciente no ha presentado recaídas de la enfermedad en los posteriores seis meses.