“…Esto significa, que al planificar el proceso de enseñanza-aprendizaje, el estudiante debe convertirse en eje central del proceso de aprendizaje y hay que implementar modelos centrados en el desarrollo de competencias (Borralho, 2012); -La preparación de los contenidos de las unidades temáticas, dimensión que implica la selección, secuencia y estructuración didáctica de los contenidos es crucial para la construcción de la calidad del conocimiento de los estudiantes, permitiéndoles hacer conexiones con situaciones de la vida real (Zabalza, 2010); -La importancia que tiene la formación continua para que el profesor ofrezca informaciones comprensibles y bien organizadas a los estudiantes es compatible con la necesidad de contestar a las necesidades de aprendizaje del estudiante con la comprensión del mensaje didáctico (Zabalza, 2010). Estos datos hacen especial hincapié en el papel del profesor en la transmisión del conocimiento y están relacionados con la imagen del "buen profesor"; -La formación en el ámbito de las tecnologías de información y comunicación deberá ser un proceso continuo que tendrá que centrarse en cuestiones relativas a la enseñanza y al aprendizaje y adaptados a las necesidades del profesor (Piña Sarmiento, 2014), asumiendo que esta competencia del profesor es un instrumento facilitador del aprendizaje de los estudiantes, que fomenta la diversificación de las actividades con los estudiantes, su participación directa y el desarrollo de los procesos de colaboración con los diversos intervinientes en su aprendizaje (Borralho, 2012;Villalta Paúcar, Guzman y Nussbaum, 2015); -La competencia definir la metodología y/u organizar las actividades implica que los profesores adopten decisiones para gestionar las actividades en función del proyecto formativo, de los estudiantes y de los demás intervinientes en el proceso (Zabalza, 2010), teniendo en cuenta la integración de la enseñanza superior en el espacio europeo y la consiguiente puesta en práctica del Proceso de Bolonia como responsables de una nueva epistemología de las prácticas pedagógicas de los profesores dentro de una lógica que valora la utilización de metodologías activas y cooperativas y por el requisito de trabajo autónomo del estudiante (Borralho, 2012;Gonçalves, 2012); -La competencia relacionarse con los estudiantes es uno de los componentes esenciales de los procesos de enseñanza y aprendizaje. La riqueza y la variedad de intercambios que se establecen entre estos intervinientes se consideran fundamentales para los procesos de aprendizaje del estudiante y para crear el clima de aceptación y respeto mutuos, más allá de su aportación a la calidad de la actividad docente (Tabera Galván, Álvarez Comino, Hernando Jerez y Rubio Alonso, 2015).…”