“…De acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, 2011), la adolescencia se define como una etapa que trascurre entre los 10 y 19 años de edad, caracterizada por cambios emocionales, cognitivos, conductuales y fisiológicos significativos. Al respecto, en la literatura se reconocen múltiples diferencias neuroanatómicas (Golarai et al, 2007;Mota & Corral, 2011), neurobioquímicas (López-Caneda et al, 2014) y neurofisiológicas (Weise, Eisenhofer & Merke, 2002) que producen cambios fisiológicos y en los mecanismos cognoscitivos propios de la inhibición y la búsqueda de recompensa en los adolescentes (Lacono, Malone & McGue, 2008), lo que, en conjunto, genera mayor vulnerabilidad para la asunción de conductas de riesgo, como sucede con el consumo de sustancias psicoactivas (Corominas, Roncero, Bruguera & Casas, 2007;Garcia, Garcia & Rivera, 2015).…”