Oocyst shedding in cats vaccinated by the nasal and rectal routes with crude rhoptry proteins of Toxoplasma gondii

Abstract

During this study, cats were immunized by the intranasal and rectal routes with crude rhoptry proteins of Toxoplasma gondii admixed with Quil-A. Twenty-five domestic short hair cats divided into five groups (n=5) were used during this evaluation: G1 and G3 cats received 200 μg of the rhoptry proteins with Quil-A (20 μg) by the intranasal and rectal routes, respectively; G2 and G4 cats received bovine serum albumin (BSA, 200 μg/dose) with Quil-A (20 μg); and G5 animals served as unvaccinated controls. All treatments were performed at days 0, 21, 42, and 63. The challenge was done with 800 cysts of the ME49 of T. gondii strain at day 70 (challenge day). The serum IgG, IgM, IgA, and fecal IgA antibody levels were evaluated by using the indirect enzyme-linked immunosorbent assay (ELISA). Some animals produced antibody levels beyond cut-off; however, two animals from G1 (OD(mean)=0.308, OD(cut-off)=0.200) and three from G3 (OD(mean)=0.254) demonstrated IgG levels on being challenged, with similar results occurring in two cats from G1 to IgM (OD(mean)=0.279, OD(cut-off)=0.200). Fecal IgA levels were detected in all G1 cats (OD(mean)=0.330, OD(cut-off)=0.065), and in one cat from G3 (OD(mean)=0.167). The serum and fecal humoral immune responses did not correlate with oocyst shedding. Oocyst shedding varied from 98.4% (G1), 87.5% (G2), 53.0% (G3), to 58% (G4), and was lower than that of G5 cats. The prepatent period of cats vaccinated intranasally (G1) was reduced from 6-9.6 to 2.8 days, suggesting protection of environmental contamination, considering cats as the primary source of contamination. The intranasally and rectally administered rhoptry vaccines were able to partially protect cats against T. gondii cysts on being challenged; however, the intranasal method of vaccination yielded better results relative to the rectal route.

Infección por toxoplasma

“…Fueron Nicolle y Manceaux en 1908 quienes lograron aislar al parásito T. gondii en células mononucleares del bazo y el hígado de un roedor (Ctenodactylus gondii), en el laboratorio de Charles Nicolle del Instituto Pasteur de Túnez, y en ese mismo año, en Brasil, Splendore logró su identificación en tejidos de un conejo; en 1939 fue reconocido como el causante de la toxoplamosis [1,3,4] y en 1960 se identificó al gato como el huésped definitivo, que elimina ooquistes en sus heces a través de los cuales se infectan los huéspedes intermediarios [7][8][9][10][11][12][13][14].…”

“…Se describen variaciones en la prevalencia, que es baja (10-30 %) en América del Norte, en algunos países del Sudeste Asiático, en Japón, en el norte de Europa y en las zonas sahelianas de África; tiene una prevalencia media (30-50 %) en los países del centro y del sur de Europa; y las prevalencias más elevadas, a menudo superiores al 70 %, están en regiones tropicales húmedas de los países de América Latina y África. Sin embargo, en un mismo país estos datos pueden cambiar en función del nivel socioeconó-mico, con la prevalencia más elevada en el sector más pobre de la población [5,[8][9][10][11][12][13][14][15][16].…”

“…La infección es el resultado de la ingestión accidental de la carne mal cocida que contiene quistes tisulares de T. gondii o de la ingestión de alimentos o agua contaminados con ooquistes [17,16,14]. También se ha documentado que es posible la transmisión del parásito al recibir la transfusión de algún tipo de hemoderivado.…”

“…gondii es frecuente en los ecosistemas de vida silvestre y presenta un alto nivel de variación genética [13]; a su vez, se agrupa en tres tipos de linajes genéticos: I, II y III, los cuales se determinan por su virulencia [14,15]. El mantenimiento de toxoplasma en los ecosistemas de la vida silvestre se considera el resultado de la contaminación del medio ambiente con ooquistes de los anfitriones felinos salvajes o domésticos [13].…”

“…Este parásito cursa varios estados durante su ciclo de vida, en el cual aparecen formas sexuadas y asexuadas; los felinos son la clave en la distribución de T. gondii debido a que son los únicos hués-pedes que arrojan, a través de sus heces, millones de ooquistes, que después de la esporulación en el medio ambiente infectan a los animales de sangre caliente, incluyendo a los seres humanos [11,16,14].…”