“…Desde la perspectiva de la gubernamentalidad migratoria (Varela, 2015(Varela, , 2016Desidério, 2016;Estupiñán, 2014), en particular lo relacionado con la externalización de las fronteras nacionales, tales acciones podrían entenderse como producto de las intenciones de los grandes países de destino de garantizar su seguridad nacional, para lo cual "crean un conjunto de tratados y acuerdos de cooperación que, con la ayuda de países subalternos, 'taponan' los procesos migratorios desde su lugar de origen [y] los corredores de tránsito hasta sus mismas líneas fronterizas" (Varela, 2015, p. 5). En ese tenor se encuentran los tratados entre México y Estados Unidos de la Iniciativa Mérida (2008) y el Plan Frontera Sur (2014), los cuales han derivado en medidas de disuasión, retraso, detención y deportación de los flujos migratorios que pretenden transitar de sur a norte (Redodem, 2017, p. 10).…”