“…Digo con preocupación porque si nos observamos con detenimiento esta nueva normativa, podemos ver que implica, en la mayoría de los casos, una limitación exagerada e injusta a la libertad de expresión. Leyes contra el discurso del odio, contra el terrorismo de palabra (Serrano Maillo, 2021), contra las fake news y la desinformación… Y esto a pesar de que los tribunales son claros respecto a que las injerencias en la libertad de expresión deben ser algo excepcional (Abad Alcalá, 2020). No es que la libertad de expresión no tenga -o no deba tener-límite alguno, sino de que estos deben estar delimitados de manera tan clara, que no sea posible, ni siquiera, dudar sobre su conveniencia o necesidad.…”